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Camprodon


VERDAD - JUSTICIA - REPARACION - RECONCILIACION

"La misión por la cual fue llamado mi padre duró poco, y después, su formación había tomado la dirección de Camprodón. Antes de la retirada había querido llegar a su pueblo para ver si su familia había marchado realmente y en que estado estaba su casa. La gente estaba abatida, se veían pocas personas por las calles. Las tropas fascistas eran anunciadas de un momento a otro. Era mejor no quedarse demasiado en aquel paraje. Todos los vehículos en estado de marcha habían tomado el camino de la frontera. Mi padre fue al garage de la compañía de autobuses. Quedaba un vehículo viejo con una biela fundida y lo cogió. ¡Llegaría donde llegase! Unos cuantos kilómetros ganados es mejor que nada! Lo pone en marcha y coge la carretera de Olot. A nivel de las oficinas ve un grupo de heridos. Eran los que estaban asistidos en el hospital, brazo, pierna, pecho o cabeza, había todo tipo de heridos. El personal había marchado y ellos no querían quedarse allí. Uno de ellos, un poco más válido o un poco más atrevido, sale con una pistola y se coloca en medio de la carretera. Obliga a mi padre a pararse. Intenta explicarle que el vehículo no puede con toda aquella gente. El otro le responde o nos cargas o te cargo a ti! Cuando un hombre habla así no sirve de nada discutir. ¡Subid, pues! ¡Llegaremos donde lleguemos!

Dios de vez en cuando, en los casos desesperados, se manifiesta. Porque, me podéis creer, aquel autobús no sólo llegó hasta Olot, sino que consiguió ,ciertamente a paso de tortuga, subir hasta Camprodón! Un milagro! Había miles y miles de soldados, con su unidad o aislados, o perdidos. Algunos abrigados con telas, otros sin nada. Todo un campo inmenso fuera de la ciudad, un auténtico hormiguero humano. Como que la carretera no seguía , la de Coll d'Ares era un proyecto lejano, todos los vehículos estaban reunidos allí en aquella gran esplanada. Mi padre permaneció allí dos o tres días. Para comer no dudaban en matar una vaca. Era un ganado que había pasado la guerra como había podido, ahora condenado a sucumbir a los últimos asaltos, los de los hombres hambrientos! Una noche, un oficial ordenó rociar con gasolina todos aquellos vehículos y después encendió una cerilla. Espectáculo dantesco ardiendo en la oscuridad. Era preciso que no cayeran en manos de los franquistas. Pere Verdaguer, en EXILI de Progreso Marín, pág. 86.


ACTUAL


EN TIEMPO DE GUERRA



MONUMENTOS


Fallecidos EN Camprodon

Hay 8 inclusiones

Lugar de procedencia Nombre Edad Oficio
Laredo (Cantabria) Castrillo Santisteban, Manuel 24 -
Fontcoberta (Girona) Costa Salvatella, Pere 31 Soldado ejército republicano
Tàrrega (Lleida) Cunillera Vilalta, Francesc 40 Soldado ejército republicano
Vilallonga de Ter (Girona) Giralt Bertrán, Josep 31 Soldado ejército franquista
Puigverd d'Agramunt (Lleida) Molins Rialp, Josep 33 Soldado ejército republicano
Vilanova i la Geltru (Barcelona) Moral Carlos, Tirso 42
Castellví de la Marca (Barcelona) Saduní Vidal, Pere 31
Barcelona, nacido en Camprodon Vila Barri, Josep 26 Hijo de la Sagrada Familia
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