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Gavín


VERDAD - JUSTICIA - REPARACION - RECONCILIACION

"Después de tres días de asedio sacaron los defensores los pañuelos blancos gritando que se rendian. Se paró el tiroteo por ambos lados y salieron con los brazos en alto, todos menos nueve. De ellos, y según confesaron los rendidos, ocho se querían suicidar. Al poco se escuchó una descarga. Acompañamos al capitán al interior y vimos que se habían atado con una cuerda el gatillo del fusil al pie, poniéndose el cañón debajo de la barbilla. De esa manera al disparar reventaron las cabezas y quedaron los sesos esparcidos por paredes y techos. Al ver semejante espectáculo salí aterrado de allí. Pero el capitán vuelve a preguntar: ¿dónde está el que falta? Contestan que se encuentra en la torre y que es el alférez que nunca quiso entregarse. El capitán me dice: ¡Fortún, a por él!
Salimos los dos en su busca pero el capitán dijo que era cosa suya. Subimos las escaleras y al llegar al campanario vemos al alférez sentado con una pistola en la mano.
¿Para que tiene las armas en la mano? -le preguntó el capitán. Para hacer fuego -contestó Vilatela.
¿Y por qué nos disparas? -Porque ya he hecho bastante.
¡Entrégate!
¡No me entrego, soy vencido pero no rendido!
El capitán le arrebató el arma y comprobó que estaba encasquillada y vió que el alférez tenía un brazo herido. Lo bajan y se lo entregó a un tal Luis Jarque Jordán.
¡Este para ti, en venganza de tu hermano José. Lo tienes que matar tu. Y allí mismo con un machete acabó con la vida del alférez Vilatela." Luis Arcarazo García en GUERRA CIVIL. ARAGON. Editorial Delsan, s.l., 2004. pág. 142.

La pequeña localidad de Gavín fue una de las más duramente castigadas por la guerra en toda la zona pirenáica aragonesa, pues a la destrucción total de su núcleo urbano se sumó una represión despiadada protagonizada por ambos bandos. Hoy en día todavía existe junto a las primeras casas del pueblo una fosa común trágicamente especial que pone de relieve la realidad de esta afirmación. Se halla situada bajo los escombros de una antigua borda y contiene los restos de cuatro vecinos del propio pueblo de Gavín -Serafín López Sesé, Pedro Bordetas Bandrés, Gregorio Bandrés Lafuente y Ramón Escartín Bandrés- asesinados por los sublevados durante el paroxismo de violencia que vivió la localidad entre finales de noviembre y principios de diciembre de 1936. Los sublevados se vengarían así de una incursión republicana que había logrado recuperar el pueblo momentáneamente pocos días antes. La borda fue quemada hasta los cimientos con los cuerpos de las víctimas en su interior, desplomándose sobre los restos.

Otras víctimas de la guerra en la localidad: Los combates del otoño de 1936 se cobraron la vida de 14 soldados rebeldes y tres republicanos; entre éstos últimos se contaría Julián Mur Villacampa, alcalde de Jaca. También fallecerían dos vecinos del pueblo llamados Saturnino Pascual, de Casa Mesonero, y Simona Lafuente. SIPCA



ACTUAL


EN TIEMPO DE GUERRA



MONUMENTOS


Fallecidos EN Gavín

Hay 7 inclusiones

Lugar de procedencia Nombre Edad Oficio
Gavín (Huesca) Bandrés Lafuente, Pedro 68 -
Gavín (Huesca) Bordetas Bandrés, Pedro 58 -
Gavín (Huesca) Escartín Bandrés, Ramon 60 -
Gavín (Huesca) Gracia Erirozqui, Francisco 0 -
Gavín (Huesca) López Sesé, Serafín 50 -
Jaca (Huesca) Mur Villacampa, Julián 32 Alcalde socialista de Jaca
Gavín (Huesca) Pascual, Saturnino (de casa Mesonero) 0 -
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