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"...Por todas las carreteras y caminos, miles y miles de combatientes, personalidades políticas y sindicales, mujeres, niños y viejos, se dirigían hacia el puerto de Alicante, formando inacabables filas de camiones, coches y vehículos de toda clase, configurando un exilio parecido, pero más frustrante, al que sucedió meses atrás, en dirección a Francia, después de la caída de Catalunya. En el puerto de Alicante se agruparon hasta 15.000 personas agarradas a la última esperanza que unos barcos, más míticos que reales, llegasen a recogerlos como había pasado horas antes con los que pudieron escaparse a bordo del Stranbrook, Marítima, Afrika Trader, o los escasos vuelos que pudieron realizarse. Los únicos barcos que llegaron fueron el Vulcano y el Júpiter, de la armada de Franco, que se situaron en la entrada del puerto la madrugada del día 30. Aquel mismo día entraron en la ciudad de Alicante los soldados italianos de la División Litorio, bajo el mando del general Gambara, la ocuparon en nombre del Generalísimo y asediaron el puerto impidiendo la entrada y la salida.. Gasto Gambara negoció con una delegación de varios países (encargada de convertir el reducto del puerto en una zona internacional que permitiese la evacuación libre de todos los refugiados con el permiso de Franco y su supervisión) formada por delegados de los diversos partidos y sindicatos españoles, cónsules como el de Francia y el diputado comunista francés Charlen Tillon. ...Lo que podía haberse convertido en una gran matanza, se convirtió en gran desesperación individual. Cuando los refugiados del puerto perdieron toda esperanza de poder huir, los suicidios se generalizaron. Es conocido el caso de aquel que enloquecido, se subió a una farola y comenzó a gritar como era de mala la situación y, como una premonición, aquello que les tenía que pasar. Otros igualmente desesperados se cortaban el cuello o las venas y se desangraban. Otros, más tranquilos, o tal vez más excitados, se llenaban los bolsillos de lentejas, amontonadas en los depósitos del puerto, sin saber que, días más tarde, les librarían de una hambre atroz que les esperaba a pocos kilómetros de allí, en el Camp dels Ametlers".-traducido del valenciano- Vicent Gabarda, en ELS AFUSELLAMENTS AL PAIS VALENCIA - Publicacions de la Universitat de València, 2007 - pág. 44-45.
foto: IES ABASTOS - Av. Puerto bombardeada.